lunes, 29 de mayo de 2017

Rainer Maria Rilke: Poeta, novelista

Rainer Maria Rilke

El estudioso Mauricio Wiesenthal publica una rigurosa y apasionada biografía de Rainer Maria Rilke, uno de los símbolos de la poesía contemporánea: viajero, inadaptado, complejo y contradictorio, que vivió desde su juventud protegido por mujeres ricas

ACTUALIZADO 12/12/201503:15

Podemos entender a Rainer Maria Rilke desde el fetiche del poeta abducido por una vocación total, pero también como el hombre radical que hizo de su desagrado ante la realidad una torre fortificada en la que habitaba él con sus demonios, con princesas, duquesa, marquesas y baronesas a las que fue enamorando de golpe con una mezcla de pasión por el arte y fracasos de vida. Rilke fue una de las encarnaciones de la poesía en alguien que supo hacer del poema un cobijo, una luz nueva, un egoísmo y una herramienta para alcanzar un mecenazgo de alcobas dispersas.

Rilke alcanzó pronto la combustión vital de las leyendas que van confeccionando la biografía entre el talento desbordado, la pureza dudosa y una pulida condición novelesca en el vivir. En esto último traía el antecedente de su propia madre, que lo depositó en el mundo una tarde de 1875, en Praga (parte aún del imperio austrohúngaro), como si hubiera nacido un príncipe en vez del resultado de un matrimonio formado por un militar frustrado que quedó en factor de los ferrocarriles y una dama que combatió su condición de clase media con una fantasía de alcurnias improbables. Quiso desde el principio que el chico fuera poeta. Pero lo vistió de niña hasta los cinco o seis años por la imposibilidad de aceptar la muerte prematura de la hermanita mayor. A la vez se sobrepuso a la incapacidad del marido (del que se separó) afirmando su dignidad como mujer.

Aquello condicionó el mundo del joven, sometido a una sastrería de lazos y diademas que acuñó aún más su extrañeza y su condición desigual en medio de la manada silvestre de los chicos de su edad. "He pasado mi infancia en apartamento mezquino y triste", escribió.Rilke era distinto por vocación y por destino. Un rebelde hacia dentro. Un chico vencido por sus alucinaciones. Un poeta extremo y extraordinario capaz de interpelar a lo invisible, lanzando cabos entre lo humano y lo divino. También un icono de su tiempo. La figura rotunda del intelectual europeo. Hoy es uno de los creadores principales de la poesía contemporánea. Y esa pasión que desbordó en su vida de trashumante siempre a la caza de benefactoras que le sacasen de la intemperie y de la pobreza, ha generado arrobas de textos especulativos sobre la verdad de su vida y de su obra.

Todo fascinante, pero todo siempre pasado de vueltas en cierta ficción. De ahí que el estudioso Mauricio Wiesenthal (Barcelona, 1943) se propusiera una labor tan ímproba como necesaria, decodificar un poco más la figura adulterada de Rainer Maria Rilke a través de una biografía que tiene en el rigor y en el detalle una de sus esquinas; en la pasión y una pulsión de relato incesante la otra. Rainer Maria Rilke (El vidente y lo oculto), publicada por Acantilado.

"Toda su vida podría escenificarse con signos y símbolos", sostiene Wiesenthal. "Sin aristocracia, sin pasiones, sin una terrible y angustiosa confección del ego, sin narcisismo, sin fetiches, sin magia, sin objetos simbólicos, sin conocimientos iniciáticos, sin imágenes religiosas y sin fe, no se puede entender a Rilke. Es un hombre desclasado, distante, contradictorio, psicológicamente complejo y muy inadaptado al mundo que le tocó vivir".

Es decir: desdicha y tenacidad. Ese fue su itinerario. Y así levantó algunas de sus obras esenciales: Nuevos poemas (1907), Elegías de Duino (1923), Sonetos a Orfeo (1923), además de un abundante y excepcional epistolario de donde salió el volumen Cartas a un joven poeta, correspondencia que mantuvo con uno de sus jóvenes admiradores, el escritor Franz Xaver Kappus. La itinerancia fue otro de los motores de su existencia, siempre errante.

Quizá por la sospecha de que su destino siempre estaba en otra parte. San Petersburgo, Estocolmo, Florencia, Roma, París (donde entre otras hazañas fue secretario de Rodin), Ginebra (donde afianzó su romance con Baladine Klossowska, madre del pintor Balthus), Capri, Duino, Toledo (donde entró en éxtasis con la ascésis de El Greco), Ronda... Y en cada escenario un tormento, un amor, unas cartas, un poema. Su viaje a España sucede en la época más atormentada de su vida. Estaba trabajando en las Elegías, de condición simbólica y hermética.

Como su ánimo. "Rilke es un mago al crear en sus versos una sensación de pérdida y, por eso, inventa palabras que no pueden traducirse. Son palabras inexistentes, pero nos dejan una dramática transparencia de luz interior", apunta el biógrafo.Empeñó tanta vocación en escribir como en acumular amantes que siempre venían con un apellido largo y una fortuna extensa. 



De todas ellas fue Lou Andreas-Salomé una de las mejor afianzadas. Rilke tenía 21 años y ella 10 más. Por sus manos habían pasado ya Nietzsche, Freud yMahler. Pero con el poeta alcanzó un punto de combustión que se prolongó durante años. Sus dos soledades combinaban bien, prometiéndose el jamás prometerse nada. Lou entendió que Rilke llegaba, enamoraba y huía dejando unos versos o unas cartas o un algo que mantenía la llama viva: "El amor vive en la palabra y muere en las acciones", decía. 

También cuenta en la nómina de escogidas Marie von Thurn und Taxis, que le acogió en el castillo de Duino, donde trazó las Elegías. Así se compuso la vida, parasitando. Rilke se casó con la escultora Clara Westhoff. El matrimonio duró lo que tardó en nacer su única hija. Pero él tenía que seguir huyendo en favor de la belleza y perseguido por el espanto.




En el verano de 1921 fijó su residencia permanente en el castillo de Muzot. Le quedaban cinco años de vida. Escribió furiosamente en ese tiempo. Su historia, como cuenta Wiesenthal, tenía ya la épica urgente y prematura de los hombres a contrapelo, de los seres tocados por el inapelable destino de la poesía. Falleció de leucemia el 29 de septiembre de 1926. Tenía 51 años. Y una biografía para la que otros requerirían seis o siete vidas.

Poco antes de la despedida fijó su propio epitafio: "Rosa, oh contradicción pura en el deleite/ de ser el sueño de nadie bajo tantos/ párpados". Rainer Maria Rilke, mitad miseria, mitad maravilla. No saber vivir más allá de sí mismo: esa fue su conquista.

http://www.elmundo.es/cultura/2015/12/12/566b25d9ca4741447e8b4613.html




René Karl Wilhelm Johann Josef Maria Rilke

Cónyuge Clara Westhoff
Ocupación Poeta, novelista
Obras notables Elegías de Duino, Sonetos a Orfeo, Cartas a un joven poeta y Los cuadernos de Malte Laurids Brigge


Fotografía de Rilke el 18 de septiembre de 1900 (1894-1925)

Rainer Maria Rilke (también Rainer Maria von Rilke) (4 de diciembre de 1875, en Praga, Bohemia, en aquellos tiempos Imperio austrohúngaro - 29 de diciembre de 1926, en Val-Mont, Suiza) es considerado uno de los poetas más importantes en alemán y de la literatura universal. Sus obras fundamentales son las Elegías de Duino y los Sonetos a Orfeo. En prosa destacan las Cartas a un joven poeta y Los cuadernos de Malte Laurids Brigge. Es autor también de varias obras en francés.
1897-1902

Lou Andreas-Salomé.

En Múnich, en 1897, Rainer Maria Rilke conoció a Lou Andreas-Salomé (1861-1937), antigua conocida de Friedrich Nietzsche, casada y catorce años mayor que él, con la que sostuvo un apasionado idilio que duraría hasta 1899. Incluso después de su separación, Lou Andreas-Salomé continuó siendo la principal confidente de Rilke hasta la muerte del poeta en 1926. A través de ella, que fue alumna de Sigmund Freud en 1912 y 1913, Rilke llegó a conocer el psicoanálisis.



En 1898 Rilke emprendió un viaje de varias semanas por Italia. En 1899 viajó a Rusia, y en Moscú conoció a León Tolstói. Entre mayo y agosto de 1900 realizó un segundo viaje a Rusia, acompañado por Lou Andreas-Salomé, en el que visitó Moscú y San Petersburgo. En estos años trabajó en El libro de horas (Das Stundenbuch), que se publicaría en 1905.

En el otoño de 1900 Rilke fijó su residencia en la colonia de artistas de Worpswede, cerca de Bremen, donde conoció a la pintora Paula Modersohn-Becker, autora de un conocido retrato del poeta, y a la escultora Clara Westhoff (1878-1954), con la que contrajo matrimonio en la primavera siguiente. Su hija Ruth (1901-1972) nació en diciembre de 1901. Sin embargo, pocos meses después, en el verano de 1902, Rilke se trasladó a París con la intención de escribir un ensayo sobre el escultor Auguste Rodin (1840-1917). Aunque mantuvo hasta el resto de su vida su relación con Clara Westhoff, Rilke no supo adaptarse a vivir en un hogar de clase media.
1902-1910

Al comienzo de su estancia en París, Rilke experimentó serias dificultades, a las que se refiere en su obra semiautobiográfica Los cuadernos de Malte Laurids Brigge. No obstante, el encuentro con artistas e intelectuales parisinos le resultó muy estimulante. Quedó entusiasmado con la escultura de Auguste Rodin y la pintura de Paul Cézanne (1839-1906). En esta época conoció también al pintor español Ignacio Zuloaga. En los años siguientes, París terminó convirtiéndose en la residencia principal del escritor, que seguiría realizando continuos viajes por Italia, Dinamarca, Suecia, Holanda, Bélgica y Francia, así como por varias ciudades de Alemania y el Imperio austrohúngaro, hospedándose siempre en casas de amigos. Entre 1905 y 1906 fue secretario de Auguste Rodin.

Las obras más importantes del período parisino fueron Neue Gedichte (Nuevos poemas) (1907), Der neuen Gedichte anderer Teil (Segunda parte de los Nuevos poemas) (1908), Réquiem (1909) y la novela Los cuadernos de Malte Laurids Brigge, comenzada en 1904 y completada en enero de 1910. 

Esta última obra consiste en una serie de confesiones espirituales supuestamente escritas por un danés exiliado en París, y tiene un importante componente autobiográfico.

1910-1919

Tras la publicación de Los cuadernos de Malte Laurids Brigge (1910), Rilke sufrió una prolongada crisis creativa que no cesó del todo hasta febrero de 1922, año en que completó las Elegías de Duino, que había comenzado en 1912. Este libro de poemas debe su nombre a la estancia de Rilke en el castillo de Duino (cerca de Trieste), propiedad de su amiga y protectora la princesa Marie von Thurn und Taxis, entre octubre de 1911 y mayo de 1912. Para afrontar esta crisis, emprendió la traducción de los sonetos de Louise Labé, y continuó trabajando con lentitud en su obra poética.

En noviembre de 1912, Rilke realizó un viaje a España, en el que visitó numerosas ciudades (Toledo, Córdoba, Sevilla), permaneciendo durante más de dos meses en la ciudad malagueña de Ronda, donde trabajó en la Sexta de las Elegías de Duino.

El estallido de la Primera Guerra Mundial sorprendió a Rilke en Alemania. No pudo regresar a París, donde sus propiedades fueron confiscadas y subastadas por ser súbdito de un país enemigo. Pasó la mayor parte de la guerra en Múnich. Entre 1914 y 1916 mantuvo un turbulento romance con la pintora Lou Albert-Lasard.

A comienzos de 1916, Rilke fue llamado a filas, y se vio obligado a incorporarse al ejército austrohúngaro en Viena. Amigos influyentes intercedieron por él y el 9 de junio de ese mismo año fue dispensado del servicio militar. Regresó a Múnich, donde permaneció hasta el final de la contienda, con una breve estancia en Bieren (Westfalia), en casa de Hertha König. La traumática experiencia del servicio militar, que le recordó sus años de formación en la Escuela militar de Sankt Pölten, estuvo a punto de acabar con su carrera como poeta.

1919-1926

El 11 de junio de 1919 Rilke viajó desde Múnich a Suiza. El motivo aparente del viaje fue una invitación para realizar una conferencia en Zúrich, pero la verdadera razón era el deseo de escapar al caos de la posguerra y continuar su trabajo con las Elegías de Duino. Le resultó difícil encontrar un lugar adecuado donde instalarse, y residió sucesivamente en varias localidades suizas.

En un período intensamente creativo, Rilke completó las Elegías de Duino en el plazo de unas semanas, en febrero de 1922. Antes y después de esa fecha trabajó en Los sonetos a Orfeo.

Su viaje a París, donde residió entre enero y agosto de 1925, fue también un intento de escapar a la enfermedad, considerando que un cambio de residencia y de hábitos podría serle beneficioso.
escribió numerosos poemas entre los años 1923 y 1926, entre los que destacan «Gong» y «Mausoleo», además de una extensa obra lírica en francés. 

Sólo tras su muerte se supo que la enfermedad de Rilke era la leucemia. El poeta murió el 29 de diciembre de 1926 en el sanatorio suizo de Val-Mont, y fue sepultado el 2 de enero de 1927 en el cementerio de Raron (localidad del Valais).

https://es.wikipedia.org/wiki/Rainer_Maria_Rilke


Los cuadernos de Malte Laurids Brigge

Los cuadernos de Malte Laurids Brigge de Rainer Maria Rilke
Título original Die Aufzeichnungen des Malte Laurids Brigge
Fecha de publicación 1910

Los cuadernos de Malte Laurids Brigge es la única novela del escritor Rainer Maria Rilke. Escrita por Rilke durante su estadía en París y publicada en 1910.

Descripción

Es una obra semiautobiográfica. No es impresionista ni expresionista, si bien es contemporánea de este último movimiento y tiene algunos elementos de él. En la obra se lleva a cabo una lectura simbólica de la realidad, muy influenciada por el psicoanálisis.

Posteriormente inspiró a Jean-Paul Sartre en su obra La náusea.

La novela toca temas existenciales como la búsqueda del individualismo, el significado de la muerte y reflexiones sobre las vivencias a medida que ésta se aproxima. Muy influido por la obra de Nietzsche, el autor también incorpora técnicas impresionistas de artistas como Auguste Rodin y Paul Cézanne. Partes de la novela son antirreligiosas, específicamente contra el credo cristiano de la Segunda Venida de Cristo, lo que ve como una promesa que lleva a un sentido universal de “espera”, es decir al inmovilismo. La novela evoca también imágenes de la Revolución industrial y de la era de progreso científico, impregnadas de ansiedad y alienación.

Análisis

El joven Malte de 28 años recorre incansable los suburbios parisinos. En ese recorrido, descubre la visión. Esto significa, y así lo expresa, que él está aprendiendo a mirar, y lo que ve son historias donde las luces de París se confunden con los cuerpos. Pareciera no haber división alguna entre los elementos que inundan la atmósfera y los habitantes de la ciudad. En otras palabras, el mundo de Rilke en esta novela es un mundo donde las moléculas que lo habitan han perdido contacto entre sí y se hallan dispersas y perdidas entre las palabras del poeta. Asir una imagen en ese estado significaría captar no solamente la fugacidad, sino también la posibilidad de lo terrible, eso "terrible" que aparecerá muchos años después como un elemento primordial de Las elegías de Duino.

Así que el joven Malte "O marginado arranca instantes, o merodea alrededor imperturbable", como diría Bernd Wolf en la Gaceta de los insomnes.

Es una obra rica en elementos conceptuales, en imágenes, de la cual se podría decir que expresa magistralmente la decadencia del mundo, centrándose en la ciudad de París, aunque el relato-poema se parte en fragmentos y abarca distintas entidades psicológicas y diversos lugares del recuerdo del protagonista. Aunque decir psicológicas es sólo una manera de acercarse al texto, porque en esa retrospectiva la conciencia está partida entre la memoria, que regularmente se instala en la niñez, y la variedad de elementos que parecen provenir de sitios donde la memoria ha perdido sus fundamentos; es decir, los límites de su percepción.

El narrapoema comienza en París; pero si bien la obra está escrita en 1910, la ubicación de los episodios en ese año es algo impreciso, y para algunas teorías de la literatura innecesario. Los hechos ocurren simplemente, y decir París, sería igual que decir que la historia ocurre en el infierno, como diría Dante Gabriel Rossetti de la obra Cumbres Borrascosas de Emily Brontë.

Nota:
Am 13. Dezember schrieb er einen Abschiedsbrief an die Liebe seines Lebens, die Schriftstellerin LOU ANDREAS-SALOMÉ, der mit dem Abschiedsgruß endete: „Leb wohl, meine Liebe“. Zwei Wochen später, am 29. Dezember 1926, starb RILKE im Sanatorium in Val-Mont. Testamentarisch hatte er die folgenden Verse zu seinem Grabspruch bestimmt:
„Rose, oh reiner Widerspruch, Lust,/Niemandes Schlaf zu sein unter soviel/Liedern.“

Bibliografía

Rilke, Rainer Maria (2004). Los cuadernos de Malte Laurids Brigge. Barcelona: Editorial Losada. .
– (1999). Los cuadernos de Malte Laurids Brigge. Barcelona: Editorial Océano.

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