lunes, 2 de febrero de 2015

El Estructuralismo

El Estructuralismo

El estructuralismo es un enfoque de las ciencias humanas que creció hasta convertirse en uno de los métodos más utilizados para analizar el lenguaje, la cultura y la sociedad en la segunda mitad del siglo XX.

El término no hace referencia claramente definida a una escuela de pensamiento filosófico (como la antropología cultural, la lingüística, el marxismo etc.) aunque tiene derivaciones filosóficas de consideración.

La obra de Ferdinand de Saussure, Curso de lingüística general (1916) es considerada habitualmente como el punto de origen de las ideas subyacentes a ese planteamiento.



Definición
 

En general, es un enfoque filosófico que trata, de un modo, afrontar las ciencias humanas, de analizar un campo específico como un sistema complejo de partes relacionadas entre sí, como decía Roman Jakobson. Por tanto, en términos amplios y básicos el estructuralismo busca las estructuras a través de las cuales se produce el significado dentro de una cultura. De acuerdo con esta teoría, el significado es producido y reproducido a través de varias prácticas, fenómenos y actividades que sirven como sistemas de significación (estudiando cosas tan diversas como la preparación de la comida y rituales para servirla, ritos religiosos, juegos, textos literarios y no literarios, formas de entretenimiento, etc.).

La novedad que introduce el estructuralismo no es la idea misma de estructura, ya presente de forma continua a lo largo del pensamiento occidental, sino la eliminación en ella de un concepto central que ordene toda la realidad, como sucedía con las ideas platónicas.




Para F. Wahl, la cesura estructuralista pasa por el concepto de signo.

El iniciador y más prominente representante de la corriente fue el antropólogo y etnógrafo Claude Lévi-Strauss (década de 1940), quien analiza fenómenos culturales como la mitología y los sistemas de parentesco.

Durante los años 1940 y 50, la escena filosófica francesa se caracterizó por el existencialismo, fundamentalmente a través de Sartre, apareciendo también la fenomenología, el retorno a Hegel y la filosofía de la ciencia, con Gastón Bachelard.

Cuando en la década de 1960 Sartre se orienta hacia el marxismo, surge un nuevo modo de pensar, el estructuralismo. Claude Lévi-Strauss inicia este nuevo movimiento, basándose en las ideas de la etnología. Más tarde le seguirán Jacques Lacan en el psicoanálisis, Louis Althusser en el estudio del marxismo y finalmente Michel Foucault, desde un punto de vista muy crítico con las ambiciones estructurales.




Cabe destacar que Althusser y Foucault rechazaron la clasificación de su pensamiento dentro del estructuralismo (tal como aparece en su Arqueología de las ciencias humanas, Las palabras y las cosas) y en rigor únicamente Lévi-Strauss realizó una reflexión explícita sobre el estructuralismo como método. En cualquier caso, se trata de un alejamiento de perspectivas meramente historicistas o subjetivistas bajo el intento de hallar una nueva orientación para la investigación que tome como bases correspondencias funcionales entre distintos elementos que forman parte de las distintas disciplinas.



Estructuralismo y literatura 

Cuando el estructuralismo se utiliza para examinar la literatura, un estructuralista crítico examinará la estructura de una narración más que su contenido para de esta forma comparar y hallar vínculos y estructuras similares en obras pertenecientes a épocas y culturas diferentes.

Las propuestas metodológicas, inherentes a las explicaciones teóricas de cada uno, auto-reflejan una forma distinta de percibir la realidad en las personas y seres humanos. Cabe destacar que el estructuralismo busca cambiar la estructura filosófica.


Características

Piaget ha definido las estructuras a través de 3 características:Totalidad, pues posee más propiedades que elementos
Transformaciones, ya que posee un equilibrio dinámico
Auto-regulación, pues supone un sistema de transformaciones autorreguladas por un sistema cerrado.


Método estructuralista


Estaba presente en matemáticas, lógica, física y biología. En psicología se asocia con la "forma" para superar los planteamientos de la teoría asociacionista. Se inspira en la lingüística donde se distingue "lengua" y "habla". Lengua es el sistema de signos de la sociedad ya estipulado y el habla el modo de referirse de cada individuo en particular. La sociedad se estudia como un conjunto de signos destinados a asegurar entre los individuos cierto tipo de comunicación.

 

Bibliografía

R. Barthes, Elementos de semiología, A. Corazón, 1970
J.M. Auzias, El estructuralismo, Alianza, 1970
D. Robey (introd.), Introducción al estructuralismo, Alianza, 1976, con U. Eco, Todorov, Leach, Lyons, Culler, Gandy
L. Goldmann y otros, Las nociones de génesis y estructura, Buenos Aires, Nueva Visión, 1975.
F. Wahl, ¿Qué es el estructuralismo? Filosofía, Buenos Aires, Losada, 1975
O. Ducrot, ¿Qué es el estructuralismo? El estructuralismo en lingüística, Buenos Aires, Losada, 1975
T. Todorov, ¿Qué es el estructuralismo? Poética, Buenos Aires, Losada, 1975

 

Escuela Estructuralista en Economía

Precedentes. Desde los comienzos de su utilización, el término estructura (v.) ha venido designando, como señala L. Bernot: a) un conjunto, b) las partes de ese conjunto, c) las relaciones de las partes entre sí. Aunque en Economía la palabra estructura no empieza a ser utilizada de forma sistemática hasta la tercera década del presente siglo, sin embargo, su concepto y contenido, como destaca A. Marchal, ha estado implícitamente «en la base de la oposición que a lo largo de toda la historia del pensamiento económico se ha puesto de manifiesto entre los espíritus concretos, empíricos, inductivos y los espíritus abstractos, lógicos, deductivos».
     

Entre los precedentes del análisis estructural y del concepto moderno de estructura económica cabe destacar, así, las aportaciones de la aritmética política y de la fisiocracia. El autor más importante de los aritméticos políticos fue William Petty, considerado por Marx como el verdadero padre de la economía por su análisis macroeconómico, y que en su obra The Political Anatomy of Ireland (1672), basándose en el «número, peso y medida», es decir, en lo económico y en lo estadístico, trataba de conocer la anatomía de la realidad económica. 





Las aportaciones estructurales de los fisiócratas, particularmente de Quesnay, han tenido indudable influencia y hoy se recogen sus frutos en el modelo de W. Leontief, instrumento de trascendencia en la Economía. Quesnay, con su Tableau Economique (1758) (v. FISIOCRACIA), constituyó uno de los primeros intentos más importantes para explicar el circuito de formación y distribución de la riqueza, pues con el mismo se trató, como señala su autor, de «elaborar un cuadro fundamental de la ordenación económica para representar en él la distribución y la producción de una forma fácilmente comprensible, mediante el cual sea posible juzgar con claridad los órdenes y desórdenes que pueden provocar el gobierno».
    
El enfoque de los economistas clásicos y neoclásicos a lo largo del s. xix y primeras décadas del xx marginaron los estudios interdependientes y macroeconómicos de la realidad, sin que la idea del Tableau de Quesnay tuviera continuación, a pesar de que Mirabeau la había considerado el gran descubrimiento del s. XVIII. Ahora bien, a la dirección dada a la Economía (v.) por los clásicos se opusieron los autores de la escuela histórica alemana y, posteriormente, los institucionalistas americanos, en especial T. Veblen en su Teoría de la clase ociosa (1899), así como, en ciertos aspectos, los economistas de la escuela matemática.



     


El autor que más conceptos elaboró sobre la estructura económica fue Marx (v.), con una gran influencia en las ciencias sociales y en el análisis económico; fue el primero en utilizar ampliamente los términos infraestructura y superestructura, señalando que «en la producción social de su vida, los hombres contraen relaciones determinadas, necesarias, independientes de su voluntad, relaciones de producción que corresponden a una determinada fase de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales.

El conjunto de estas relaciones de producción constituye la estructura económica de la sociedad, la base sobre la que se levanta una superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social» (Contribución a la crítica de la economía política, 1859). 

La estructura constituye un concepto clave en el pensamiento marxista, en particular por ser el factor que explica el resto de los aspectos de la realidad, pero de modo interdependiente, con lo que la concepción del materialismo dialéctico es netamente estructural.
    

Concepto moderno.

Hasta hace unos 40 años no comienza a extenderse y a utilizarse la palabra estructura por economistas no marxistas, hasta convertirse en uno de los términos más utilizados en la literatura económica, con interpretaciones diversas y hasta contrarias.

La estructura se convirtió, en una primera etapa, en una palabra que servía para expresar fenómenos distintos a la coyuntura (v.); es decir, frente a las variaciones a corto plazo y que no influyen en lo sustancial; lo estructural se refiere a aquellos aspectos de la realidad más profundos y más permanentes. En las aportaciones de los principales estructuralistas, prácticamente todos admiten este contenido, pero por resultar muy general, y por la diversificación de la Economía en varias ramas, el concepto original fue matizado en acepciones diversas, como resultado de los principios y enfoques de que parte cada autor.

Fiel reflejo de esta diversidad se aprecia en los principales especialistas de las ciencias sociales con un enfoque estructural en su interpretación de la realidad, que ha dado lugar a diversas modalidades metodológicas dentro del e. y entre los que se pueden citar el formal o antropológico de Lévi-Strauss, el positivista de M. Foucault, el empírico de Radcliffe-Brown y el dialéctico de Althusser, Godelier y Sebag (v. i). Dentro de la Economía cabe señalar, además del marxismo, las aportaciones de los econometristas, del sociologismo francés, de Akerman, del estructuralismo latinoamericano y de J. L. Sampedro, fundador de la escuela estructuralista española.





Los econometristas enfocan la noción de estructura con un carácter formalista íntimamente vinculado a la teoría de los modelos. J. Tinbergen considera que por estructura económica debe entenderse «el mínimo de información sobre las constantes que es necesario conocer para resolver cierta clase de problemas económicos que se plantean en una economía determinada» (Des quelques problemas posés par le concept de estructure économique, «Rev. D’Économie Politique», vol. 62, 1952), aunque posteriormente amplía esta definición, de forma más correcta, al afirmar que «una estructura es un conjunto de características de cierta realidad unas expresadas matemáticamente y otras no, generalmente de carácter institucional o psicológica estas últimas, dotadas de cierta permanencia en el tiempo y que reflejan los datos contenidos en esa realidad y las relaciones que las ligan».

Leontief, que ha modernizado y hecho posible la aplicación de las ideas del Tableau Économique de Quesnay y del modelo matemático del equilibrio general de Walras, considera que la estructura económica aparece formalmente reflejada en una tabla input-output, a través de los coeficientes técnicos de producción de los distintos sectores en que divide la realidad estudiada, respondiendo el título de su principal obra, La estructura de la economía nortemericana, a este concepto.



Así como la mayoría de los autores anglosajones no han dedicado especial consideración al concepto de estructura económica, los economistas franceses, por el contrario, le han prestado una especial atención, con una fuerte influencia en numerosos especialistas, pero con un enfoque no muy adecuado, pues han complicado el análisis conceptual con una terminología rebuscada que más que aclarar las nociones las hace más confusas.

El conjunto de las distintas definiciones de los autores del sociologismo francés pueden agruparse en las que tienen una concepción estática y las dinámicas. 

Entre las primeras, la más conocida es la de F. Perroux, para quien la estructura económica es la ciencia que estudia «las proposiciones y relaciones que caracterizan un conjunto económico localizado en el tiempo y en el espacio» (Pour un approfondissement de la notion de structure, 1939; y, entre las dinámicas, una de las más importantes es la de A. Marchal, quien considera a la estructura económica como «los elementos de un conjunto económico que en un periodo determinado aparecen como relativamente estables en relación con otros elementos» (Méthode Scientifique et Science Économique, 1954).

A. Marchal se plantea la cuestión de cómo se puede delimitar el periodo a que se refiere su concepto, y considera que es la «toma de conciencia» la que establece los límites estructurales, criterio que él mismo reconoce es totalmente subjetivo y trata de complementarlo con otro criterio objetivo en base a la consideración del periodo y a la forma de las relaciones que le lleva a lo que denomina adaptación estructural.

J. Akerman enfoca la estructura desde un punto de vista dinámico, definiéndola como «la contextura que a corto plazo aparece como invariable», si bien, por la poca concreción de esta definición, considera preciso «establecer su significado y, especialmente, su relación con otros conceptos, tales como el de ciclos, fuerzas impulsoras micro y macroeconómicas».
    

ORIGEN de la teoría estructuralista.

Está vinculada a la aparición de la teoría del desarrollo como una profundización de sus implicancias, hasta el punto de conformar una teoría independiente luego de la segunda guerra mundial, y siguiendo la teoría del desarrollo clásica, que sostenía que los países iban avanzando a través de fases cada vez más evolucionadas de desarrollo económico (desde la economía agraria a la economía industrial de consumo masivo). Las naciones unidas crearon una serie de comisiones económicas para impulsar el desarrollo de los países no desarrollados.

Hay que señalar como pragmáticas las ideas de los estructuralistas LA, que, frente a la postura de los monetaristas, consideran que, sólo con una reforma profunda de las estructuras de los países Latinoamericanos, éstos pueden eliminar el subdesarrollo de sus economías.

Su concepto de estructura responde, así, más que a una preocupación epistemológica, a un sentido operativo, considerando O. Sunkel, que es «un conjunto de elementos u objetos relacionados entre sí por ciertas leyes (p. ej., la estructura económica será el resultado de la forma en que se articulan los recursos naturales, el capital, la mano de obra, la tecnología, los mecanismos de financiación, etc.)»   

Se llama ESTRUCTURALISMO en A.L. a la corriente económica que piensa que los problemas de los países de América Latina son consecuencias del funcionamiento del sistema económico capitalista, y para resolverlos se requieren cambios estructurales.

Los estructuralistas se interesan por el sistema económico en su conjunto, explicando la falta de desarrollo de la región por problemas estructurales y proponiendo ciertas reformas para cambiar la situación de los países de LA. 

Esta corriente se desarrolló sobre todo después de la Segunda Guerra Mundial, cuando los problemas de América Latina se agudizaban por el propio funcionamiento del sistema capitalista.

APORTACIONES

Max Weber, Renate Mayntz, Amitai Etzioni, Ralph Dahrendorf, Bronislaw Malinowski
Celso Furtado

BIBL.:
AKERMAN, J.  Teoría del industrialismo económico, Madrid 1968; 
Akerman, J. (1962). “Realismo de la teoría económica: Cuatro problemas metodológicos”. En
 P. Mayor, La economía en 1969. Aguilar.
R. BASTIDE, C. LÉVI-STRAUSS, Sentidos y usos del término estructura en las ciencias del hombre, Buenos Aires 1968;
O. LANGE, Introducción a la economía cibernética, México 1970;
H. MALAVÉ MATA, Aproximación a los conceptos de estructura, superestructura y sistema, «El trimestre Económico» XXXVII (2) 146, México abril-junio 1970;
 A. MARCHAL, Estructuras y sistemas económicos, Barcelona;
 R. PERPIÑÁ, De Estructura Económica y Economía Hispana, Madrid 1952; 1. PIAGET, El estructuralismo, Buenos Aires 1968;
 POUILLON y OTROS, Problemas del estructuralismo, México 1966;
 J. L. SAMPEDRO y R. MARTÍNEZ CORTIÑA, Estructura Económica. Teoría Básica y Estructura Mundial, 2 ed. Barcelona 1970;
 O. SUNKEL y P. PAZ, El subdesarrollo latinoamericano y la teoría del desarrollo, México 1970.
Marchal, Andre.  Estructuras y sistemas económicos. Barcelona : Ariel (1961)
Marchal, Andre. Metodología de la ciencia económica. Buenos Aires : El Ateneo (1958)

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